Visita inesperada

Este sábado recibí la visita de dos personas muy especiales para mí. Eran las cuatro menos cuarto de la mañana y yo estaba durmiendo porque al dia siguiente tenía que madrugar y pegarme una paliza de estudio para un examen que tenía hoy. Pero eso no importó. Enseguida me levanté, con los ojos semicerrados por el sueño abrí la puerta, y di un fuerte abrazo a dos de mis queridos zorros: Michi y Armando.
Venían porque necesitaban cobijo, pero también para pasar un buen rato y que durante unas horas me olvidara de los pesados nubarrones que había sobre mí. Y vaya si lo consiguieron. ¡Para que están los amigos! Para los buenos y los malos momentos. Y fue un buen momento, con Armando todo borracho soltando improperios y chorradas por esa boquita suya, a la vez que se ponía morado de pan sin cocer. ¡Lo que hace el hambre!
Hablamos de mil cosas, de mil historias, nos reímos un montón, y con la sonrisa pintada en la cara, acostados les dejé y me fui a mi habitación, a estudiar, claro, porque con ellos ya había gastado mis horas de descanso. El día siguiente fue realmente agotador, entre el cansancio y todo lo que tenía que estudiar.
Pero mereció la pena. Estuve con mis amigos. ¡Qué mejor que eso para levantar el ánimo! Y hoy aprobé el examen, así que todo salió bien. Un beso a ambos, y por supuesto, a toda la gente que me rodea y se preocupa por mí... Y chicas, las próximas sois vosotras!! ;-)