A lo imaginarium
Descorrer las cortinas y rezar para que nadie mire hacia arriba. Querer ver mucho y que ni te huelan. Y me encuentro con la calle bien vacía; con una lata que rueda como en las películas de malos. Y ya.
Ayer llovía en Madrid y el cielo era homogéneo. Si me callaba, conseguía escuchar la lluvia intermitente y lenta. Como si fuera domingo y todo fuera lento. Y mañana, viernes.
Descubrimientos de hoy:
- Hay personas a las que es imposible callar, ni debajo del agua.
- Hay otras que deberían tenerlo prohibido (el callarse); si acaso para dar tiempo al interlocutor a asimilar tanto discurso.
- Todas en algún momento futuro seremos rubias.